ANDREU PINTADO, Javier. Liberalitas Flavia. Obras públicas, monumentalización urbana e imagen dinástica en el Principado de los Flavios (69-96 d.C.). Sevilla: Editorial Universidad de Sevilla, 2022, 519 pp. [ISBN: 9788447230921]

Cuando uno piensa en obras públicas de época romana, se le vienen a la cabeza el Coliseo o Anfiteatro Flavio, el Circo Máximo, los arcos del triunfo, el Templo de Apolo en Roma o el de Júpiter Lacial, entre otros. A esos imponentes edificios uno se aproxima en muchas ocasiones, desde aspectos tipológicos, materiales o estilísticos. Sin embargo, esto solo es una parte del estudio de estas obras ya que hay otros factores no menos interesantes que aportan una gran cantidad de información. Por ejemplo, quién fue el promotor de la obra, cuál era su finalidad, bajo qué contexto se desarrolló, si fue una construcción o rehabilitación…Por ello, a través de estas múltiples miradas uno no solo ve un edificio; sino que observa, reflexiona y llega a una dimensión más profunda entendiendo la causalidad que llevó a determinadas construcciones a ser colocadas donde hoy las podemos contemplar. Y así, darse cuenta de la complejidad del fenómeno constructivo en el mundo antiguo y comprender o acercarse lo más posible a cómo era la realidad de otra época y, en definitiva, de la sociedad en la que dichos proyectos edilicios tomaron forma.

Ejemplo de todo ello es el nuevo libro publicado por la serie SPAL de la editorial de la Universidad de Sevilla: Liberalitas Flavia. Obras públicas, monumentalización urbana e imagen dinástica en el Principado de los Flavios (69-96 d.C.), editado a mediados de 2022. A través de él, uno se introduce en el mundo de la actividad edilicia durante la dinastía Flavia a lo largo de los territorios del vasto Imperio Romano. Todo ello por medio de la pluma de uno de los grandes expertos sobre esta época: Javier Andreu Pintado, Catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Navarra, en la que es director, además, de su Diploma en Arqueología y del Departamento de Historia, Historia del Arte y Geografía.

El objetivo de este volumen está claro desde el principio tal y como afirma el propio autor: “La presente monografía estudia la exaltación dinástica y los procesos que motivaron la presencia pública de los emperadores Flavios (70-96 d.C.) en las ciudades del Mediterráneo y en sus distintos espacios públicos” (p. 9). Es decir, se centra en la actividad constructiva durante la dinastía Flavia. Sin embargo, no solo se queda ahí; sino que va más allá y la información del edifico la combina con la de las fuentes literarias y las epigráficas lo que aporta un análisis más completo y profundo tratando así de conocer “los procesos de transformación urbanística y edilicia de las ciudades de la cuenca mediterránea en dicho periodo atendiendo, también, a quiénes fueron sus principales agentes promotores” (p. 9).

Este libro cuenta con 519 páginas y está estructurado en nueve partes. La primera corresponde al Prólogo (pp. 9-11) donde el autor expone cuál es el objetivo de su obra: aproximar al lector los procesos de monumentalización y exaltación de la figura imperial en época Flavia. Todo ello a través de los vestigios arquitectónicos que han llegado a nuestros días junto con fuentes literarias (en menor medida) y, especialmente, epigráficas. Además, ya desde aquí Andreu Pintado entabla una relación con el lector ya que cuenta cómo se fraguó el libro que se va a leer. Esto hace que se cree un vínculo entre el lector y el autor porque este le hace partícipe del proceso intelectual que hay detrás de la obra aumentando el interés por leerla. Termina esta parte con una serie de agradecimientos a todas aquellas personas que han contribuido y apoyado este magno trabajo.

Tras esto, dan comienzo los distintos capítulos que componen el grueso de la obra. Bajo el título de Obscura ac sine ullis maiorum imaginibus: Flavios y obras públicas, una valoración historiográfica empieza el primero de los nueve (pp. 11-16). En él, se traza un recorrido historiográfico sobre cómo se han estudiado los reinados de Vespasiano, Tito y Domiciano fundamentalmente en lo que a su actuación edilicia se refiere. Aquí, Andreu Pintado pone de relieve la focalización de la historiografía en Roma durante este periodo: “En una valoración general de estos trabajos, como se ha dicho, no cabe duda que la atención fundamental la ha suscitado la política de obras públicas flavia en Roma” (p. 13). Esto se debe a que, como apunta el autor, en esta ciudad se “ha presentado siempre numerosos atractivos tanto por la generosa referencia a la misma por parte de las fuentes literarias como por el generoso acervo documental, sobre todo epigráfico, que nos permite conocerla mejor” (p. 13), dejando así a las provincias, tanto las del occidente como las del oriente romano, como algo pendiente a pesar de haberse hecho algunos trabajos sobre Asia Menor. Aunque pueda parecer que solo se centra en aspectos constructivos o epigráficos, el autor termina haciendo referencia a las fuentes literarias que abordará en el siguiente capítulo: “Todos esos parámetros, además, podrán ser contrastados con las noticias que, sobre los valores propios de la dinastía flavia y sobre su política de monumentalización, aportan los textos literarios” (p. 15).

Facilitatis et liberalitas tantae fuit: la construcción pública flavia en el juicio de las fuentes literarias es el título del capítulo segundo (pp. 17-26). Este a su vez está dividido en tres apartados donde se agrupan a distintos escritores de la Antigüedad: historiadores, poetas, epitomistas y fuentes tardías. Bajo el primer grupo aparecen reunidos Suetonio, Plinio el Joven, Tácito y Dión Casio. Con ellos, Andreu Pintado trata de resaltar en unas breves líneas qué tipo de información aportan estas fuentes para el conocimiento de la liberalitas Principis tal como fue ejercida por los príncipes flavios. Por ejemplo, gracias al historiador de Nicea “tenemos información sobre algunos aspectos concretos de la política de obras públicas de la dinastía flavia” (p. 22). Bajo el apartado “Los poetas del círculo de Domiciano”, son nombrados Marcial y Estacio. Como es sabido, ellos, “nos informan sobre la actividad edilicia flavia y, en particular, sobre la de Domiciano con una exactitud tal que, prácticamente, puede recrearse completa, la Roma de la época gracias a la detallada y exhaustiva documentación que nos aportan” (p. 22). Finalmente, se aborda la figura de los epitomistas y de las fuentes tardías a través de los autores Aurelio Víctor y Eutropio. Con ellos, se traza una visión de los emperadores Flavios y de su actividad edilicia tanto positiva como negativa.

Per omnes terras renovatae urbes uiaeque munitae: obras públicas imperiales e imagen dinástica en época flavia a través de la documentación epigráfica es el título del tercer capítulo (pp. 27-86) donde ya se entra en la materia específica del trabajo. En él, el autor expone al lector todas o la mayor parte de las obras públicas que se conocen de la época Flavia a lo largo de todo el Imperio a partir de las noticias de carácter epigráfico. Comienza con el caso de Roma donde narra la actividad edilicia de Vespasiano, Tito y Domiciano a lo largo de sus gobiernos y a todos los niveles: “la recuperación de las áreas dañadas por los incendios, la reconstrucción de edificios en estado de ruina y la ordenación y recuperación de espacios alterados o usurpados por particulares y, por supuesto, la atención a nova templa o, en los reinados de Tito y de Domiciano, a espacios directamente relacionados con el culto y la propaganda y exaltación imperiales” (p. 28) Todo ello acompañado de mapas para mostrar al lector de una manera más visual esta actividad constructiva flavia. Además, son mapas muy completos ya que permiten observar rápidamente las distintas tipologías arquitectónicas (templos, obras hidráulicas, obras viarias o edificios indeterminados, entre otros) y bajo qué reinado se llevaron a cabo lo que facilita el trazado de estudios comparativos. Por otro lado, no solo se centra en los edificios que todavía siguen en pie; sino también aborda aquellos que no se han conservado, pero que gracias a la epigrafía y a las fuentes literarias se conocen como, por ejemplo, alguna intervención de Tito en “alguna porticus del área del Campo de Marte” (p. 30), entre otras.

Sin embargo, tal y como menciona este catedrático de Historia Antigua había que ir más allá de Roma. Por ello, en este capítulo a partir de su epígrafe segundo, Exhaustus operum ac munerum inpensis stipendioque: la acción edilicia flavia en provincias, se centra en la totalidad del imperio. Comienza con las provincias localizadas en la zona de Europa septentrional (Aquitania, Belgica y Lugdunensis, Britannia, Germania, Moesia, Pannonia, Noricum, Dacia y Raetia) para continuar con las mediterráneas (Hispaniae, Galia Narbonensis, Alpes, provincias africanas y la Dalmatia), las itálicas (Italiae, Corsica y Sardina, y Sicilia), las de territorios griego (Achaea, Macedonia, Thracia, Creta y Cyrenne), las de Asia Menor (Asia, Galatia y Capadoccia, Cilicia, Lycia y Pamphylia, y Bithynia) y las de la zona de Siria y Oriente (Syria, Iudea, Cyprus, Armenia y Aegyptus). A partir de ahí, el lector acompañado del autor “recorren” todo el Imperio conociendo la actividad edilicia Flavia a través de los edificios y la documentación, mayoritariamente epigráfica, conservada. De esta forma, el lector se da cuenta de la complejidad de este fenómeno y de su distinta intensidad según los intereses y preocupaciones de Vespasiano, Tito o Domiciano. Esto se aborda a través de cuatro “ámbitos temáticos en que pueden agruparse las acciones edilicias atestiguadas para el periodo en la documentación epigráfica disponible” (p. 33). Éstos son los miliarios, la construcción de foros, los equipamientos urbanos y la construcción o reforzamiento de “praesidia militares”. Todo ello acompañado, al igual que para el caso de Roma, por una serie de mapas donde de manera visual uno comprende la gran actividad edilicia flavia. El capítulo termina con una serie de conclusiones sobre la monumentalización Flavia acompañada por un conjunto de tablas donde se localizan las distintas provincias y sus inscripciones ordenadas cronológicamente según los gobiernos de Vespasiano, Tito y Domiciano. Así, por ejemplo, el lector podrá ver que Domiciano mostró un gran interés por la zona de Asia que no “había ocupado los lugares primordiales en la atención de sus predecesores” (p. 82).

A continuación, el capítulo cuatro (pp. 87-110) aborda la imagen imperial y su difusión bajo el nombre de Ac titulis per utramque provinciam: la imagen estatuaria de los emperadores flavios. Está estructurado en cuatro partes. La primera expone el estado de la cuestión de las imagines imperiales como “forma de hacer presentes las acciones concretas que un emperador pudiera haber desarrollado bien desde el punto de vista de su propia biografía política bien en relación con la comunidad o el notable que actuaba como promotor –y que le habrían hecho acreedor de ese homenaje– contribuyendo, también, a la propagación y publicidad de aquéllas, a la legitimación de su maiestas y, en definitiva, como también vimos, a la consolidación de su percepción como liberalis” (p. 89). La segunda parte bajo el título de Veneranda domus: ocasiones y condicionantes para la erección de estatuas a los príncipes flavios relata de qué manera y bajo qué significado se levantaban las estatuas imperiales convirtiéndose “en un acontecimiento útil para la comunidad o el particular que actuaban como promotor (…) pero, también, en una vía para que el poder imperial se hiciera presente en el ámbito, ya vimos que muy diverso, en que la estatua estaba destinada a ser ubicada” (p. 90). Todo ello viene acompañado de una serie de tablas que recogen la variedad estatuaria de los Flavios con su número de representaciones y su respectiva cronología. Monumentis aeternae laudis inciditur: agentes de la dedicación de estatuas da nombra a la tercera parte del capítulo donde el lector puede conocer quién promovía, además del propio emperador, estatuas en honor al gobernante del momento. El autor completa esta información con el estudio topográfico para “caracterizar mejor en qué escenarios ciudadanos la imagen del emperador tuvo una presencia mayor” (p. 97). Finalmente, el capítulo termina haciendo referencia a la famosa damnatio memoriae de Domiciano: Merita et patris et fratris aboleret: la acción de la damnatio memoriae de Domiciano. En él, se hace un recorrido por las inscripciones que se conservan de este emperador y se reflexiona sobre la incidencia de ésta y lo que de ella, en los distintos rincones del Imperio, puede, históricamente, inferirse.

Non in splendore titulorum sed in iudiciis hominum: evergetismo de particulares en época flavia da comienzo al quinto y penúltimo capítulo (pp. 11-134). Aquí, Andreu Pintado, tratando de complementar el panorama de la iniciativa imperial con el estudio del aporte de las actuaciones evergéticas de particulares va enumerando los distintos campos de actuación de las élites desde edificios de carácter civil o religioso hasta los de tipo militar y forense. A través de unas muy documentadas páginas se subraya de qué modo este tipo de actuación de iniciativa privada tuvo una gran variedad de tipologías que sirvieron como una manera de competición entre la élite, para mostrar su cursus honorum o determinadas gracias y mercedes que recibió el individuo o su familia.

Finalmente, el capítulo 6 da inicio a las Conclusiones (pp. 135-152). Aquí, el autor reflexiona sobre todo lo que se ha ido mencionando en los capítulos anteriores subrayando la importancia del periodo Flavio desde el principio al considerarse ese tiempo como “la primera dinastía imperial en llegar al trono a través de un conflicto militar, la primera en enfrentarse al reto de una necesaria “occidentalización” política al estar sus orígenes y legitimación militar más vinculada a escenarios de Oriente, la primera dinastía, también, sobre la que las propias fuentes subrayan su estricto carácter familiar, y la primera, por último, ante el reto de crear un complejo sistema de legitimación política, religiosa y simbólica que mezclase adecuadamente la tradición y la innovación (p. 135). Todo ello de la mano tanto de los testimonios arqueológicos (edificaciones y epigrafía) como literarios.

Tras el apartado de conclusiones, al lector se le presenta el utilísimo Apéndice: corpus de inscripciones de obras públicas fechadas en época flavia compuesto (pp. 153-502) por un prefacio en el que explica cómo se han ordenado las inscripciones que va a ver el lector y cómo se han estudiado; un utilísimo y muy bien presentado catálogo epigráfico donde se estudia de manera exhaustiva las distintas inscripciones de época Flavia para que el lector pueda profundizar y tener un mayor y mejor conocimiento de este periodo imperial junto con sus correspondientes fotografías; y un índice de autores que es la base bibliográfica del corpus epigráfico. Finalmente, el libro termina con un completo y documentado repertorio bibliográfico.

En conclusión, a través de esta obra el lector se introduce de manera profunda y amena en el mundo de la acción edilicia de la dinastía Flavia a través de todo el Imperio romano. Pero, como se anotó más arriba, y como el autor pretendía, el volumen no es solo eso; sino que también el autor trata de enseñar que detrás de esos proyectos hay un contexto, unos promotores y unos intereses que cabe la pena conocer y profundizar en ellos. Todo ello combinado con una serie de imágenes en forma de mapas, tablas e inscripciones para entender mejor este proceso junto con un lenguaje claro que el lector no especializado puede entender.

Javier Martínez Sarasate
Universidad de Navarra
jmartinezsa@alumni.unav.es